lunes, 15 de octubre de 2007

[Reconstruyendo INTERNET] [Autor:laura]

Si hacemos caso a los expertos, Internet no da más. Ha sido sobrepasado y lo estamos utilizando para servicios y aplicaciones para los que no fue diseñado.
Varios grupos de investigación en el mundo levantan sus voces para advertirnos que si la red colapsa, se deberá a que no es posible seguir aplicando parches para que funcione bien un medio que se ha convertido en crítico para muchas actividades académicas y empresariales.
Lo interesante de todo esto es que en vez de arreglar lo que tenemos, hay una corriente muy importante que propone reconstruir la red desde cero, es decir, tumbar hasta los cimientos y crear un nuevo medio de comunicación que haga lo mismo que el Internet, pero de una manera más eficiente, segura y confiable.
¿Es posible lograr esto sin tener que desconectarnos y perder el ambiente de libertad que actualmente se respira en la red?
El éxito de Internet
Es difícil imaginar el mundo sin el correo electrónico, sin el chat y sin revisar el estado del tiempo y las últimas noticias en línea. A pesar de que fue diseñada hace más de 30 años, la red sigue siendo producto de las buenas ideas de un grupo de visionarios e investigadores que, con un poco de suerte, diseñaron un nuevo medio que impactaría profundamente la manera como compramos, nos comunicamos, aprendemos y jugamos.
Pero nuestra confianza en Internet nos hace víctimas de su éxito y vulnerables a sus defectos. Algunas de las fallas son evidentes en sí, por ejemplo, la proliferación de problemas de seguridad, virus y gusanos que se distribuyen por la red y ataques a servidores, por mencionar algunos. Incluso sin amenazas de seguridad, el servicio está a menudo “fuera de línea”, debido a las fallas en el equipo o a los frágiles protocolos de enrutamiento. Y su comportamiento es imprevisible haciéndolo inadecuado para aplicaciones de misión crítica.
Otros defectos son menos obvios: Internet fue diseñado para computadoras en localizaciones fijas, y es complicado extender el servicio a dispositivos móviles que se conectan por tiempos muy cortos; además, la reestructuración de la infraestructura es un asunto caro y los proveedores no tienen incentivos para invertir dinero en mejorar una red que está llegando al máximo de su capacidad de uso.
El Internet actual tiene deficiencias significativas que necesitan ser solucionadas, antes de que pueda convertirse en una infraestructura global de comunicación. Además, los defectos del Internet no serán resueltos por el estilo incremental y “compatible con lo anterior” con que se han hecho los últimos avances. La propuesta es mucho más arriesgada, empezar de nuevo, proyectar qué y cómo queremos que sea Internet en los próximos 20 años y trabajar desde ahora para lograrlo, aun si esto implica rehacer toda la infraestructura de red y sustituirla por algo más robusto, seguro y eficiente.
Nuevas soluciones para un problema añejo
Varios grupos de diversas partes del mundo encaran este problema desde ópticas diferentes; lo que tienen en común es que todos proponen la creación de una nueva red que sustituya a la existente.
En Estados Unidos, universidades como Stanford y Carnegie Mellon, e instituciones como la National Science Foundation están desarrollando proyectos propios, mientras que la Unión Europea trabaja en el FIRE (Future Internet Research and Experimentation).
Algunos de estos proyectos cuestionan la velocidad, es decir ¿por qué limitarnos a 100 Mb/s, cuando la tecnología actual nos permite navegar a velocidades mucho más altas? Otros proponen agilizar los cuellos de botella que se producen en la red, mediante el uso de las técnicas de los servidores proxys, sólo que en vez de usarlos en redes locales, sean para todo el Internet.
La gente del FIRE, por otro lado, trabaja en una iniciativa a largo plazo, investigando los conceptos del futuro del Internet, los cuales abarcan protocolos, arquitecturas, aspectos tecnológicos, industriales y socioeconómicos.
El futuro del Internet
En función de las necesidades de los usuarios, el futuro de la red puede ser de distintos colores; no es lo mismo lo que opina la academia y los desarrolladores de tecnología, que las ideas que traen en mente políticos y empresas.
A pesar de ello, no es difícil crear una lista de las características deseadas para un nuevo Internet. Decidir cómo diseñar y desplegar una red que alcance estas metas es mucho más difícil. Las cualidades del nuevo Internet deben abarcar estos aspectos:
1. Ofrecer robustez y disponibilidad. La red debe ser robusta, tolerante a las fallas y disponible todo el tiempo, como lo es actualmente la red de telefonía.
2. Tener seguridad. La red se debe construir con la premisa de que la seguridad es una necesidad. Puede ser impráctico construir una red que sea totalmente impermeable al ataque (después de todo, los servidores son complejos y están bajo el control humano), pero la red debe ser lo bastante segura para usos críticos, como finanzas y actividades bancarias, control de tráfico aéreo, telecirugías y comunicaciones militares.
3. Apoyar dispositivos móviles. Las computadoras y los teléfonos portátiles hacen cotidiana la movilidad, más que una excepción. El nuevo Internet debe apoyar la movilidad (y toda la seguridad asociada a ésta), de la misma manera que los clientes conectados por cable la usan hoy. Debe también apoyar a futuro las nuevas redes inalámbricas y los dispositivos que se desarrollen.
4. Ser económicamente viable. La red debe ser rentable para quienes proporcionan servicio y desarrollan productos para hacerla funcionar. En caso de necesidad, debe crearse una regulación conveniente para motivar la competencia e incentivar la mejora de los servicios.
5. Continuar su evolución. La arquitectura de la red debe presuponer que cambiará en un cierto plazo. Su modelo de arquitectura y servicio debe promover esta evolución y no acallarla.
6. Ser confiable. El usuario debe saber qué esperar de la red, en ese sentido, proporcionar servicios fiables y repetibles, lo cual debe incluir garantías en la entrega oportuna de datos para aplicaciones críticas.
Conclusiones
A pesar de que en los últimos años hemos escuchado varias propuestas para mejorar la red, son pocas las que han pasado de simples proyectos o buenas ideas y se han consolidado. Hasta hace poco, se hablaba del IPv6 como la solución al problema de Internet, pero la experiencia ha demostrado que este protocolo es difícil de implementar, en tanto haría la red más lenta e impediría la conexión de muchos clientes.
No existen las soluciones sencillas y mágicas, así que estos nuevos programas que radicalizan la solución pueden tener éxito, dependerá del trabajo que hagan para convencer a los jugadores claves en la industria del Internet. Así que, es cuestión de tiempo saber si la solución para salvar el Internet es reconstruirlo completamente.

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