martes, 2 de octubre de 2007

[Piratas][autor:stk_mx]



Una de piratas

No está de moda admitirlo, pero las empresas de software deben mucho a la piratería,

No, si al final a las víctimas siempre se nos echa la culpa por lo que nos pasa. Los programas son caros porque los pirateamos y no viceversa. Lo políticamente correcto es rechazar públicamente la copia ilegal de software, aunque luego no exista ni una sola persona que jamás utilice software comercial a menos que lo haya comprado.
Es un tema complicado que habría que analizar desde muchos ángulos, y no hay respuestas simples, aunque sí muchas preguntas. Lo que sí parece demostrado es que en este asunto no es lógico ni viable aplicar sin más las normas tradicionales del comercio.
¿Abaratamiento progresivo?
La empresa o el profesional que desarrolla un programa, ha invertido muchas horas de trabajo y es justo que recupere su inversión. Es justo que se reconozca su propiedad intelectual y por tanto su derecho a cobrar por el uso de ese software. Y es lógico que si los compradores son pocos, el precio se reparta entre ellos.
También parece de lógica que si fueran más numerosas las copias vendidas, el precio por unidad se reduciría. A fin de cuentas, el desarrollador no aspira a un lucro desmedido sino que se conformará con unos ingresos modestos pero justos.
O no.
Yo creo que ésa es una de las falacias que se están manejando. Los productos de Microsoft, Macromedia o Adobe no se abaratan proporcionalmente a medida que crece su base de clientes. A estas alturas, Quark XPress ya debería ser casi gratuito, y ya me contarás. Por tanto, si yo, ciudadano de a pie y pobre como una rata, percibo que los precios desorbitados que he de desembolsar sirven para que los grandes accionistas y altos ejecutivos de estas empresas cambien de Porsche dos veces al año en vez de una, quizá me rebele y al hacerlo me sienta un poco como Robin Hood. O el Capitán Sangre, mejor. Esa reacción es casi inevitable, digan lo que digan las leyes de la propiedad intelectual y el comercio.
Lucro
Pero, insisto, es justo que todos cobremos por nuestro trabajo. El problema es cómo y cuándo.
Yo creo que es perfectamente legítimo éticamente, aunque no lo sea legalmente, que una persona que está aprendiendo a utilizar un software, por ejemplo un estudiante, lo piratee. Claro, se suele decir, mientras no se lucre con ello. Pero, ¿qué pasa si el "lucro" consiste en un trabajo que le reportará digamos 20 euros (más el 16 por ciento de IVA, menos el 18 por ciento de IRPF)? ¿Se ha de sentir que está robando o defraudando si para hacer frente al encargo no adquiere una copia legal de Quark Xpress, otra de Freehand y otra más de Photoshop? Creo que en este caso el lucro es bastante relativo.
La contribución del pirata
También hay un componente de hipocresía en este tema. La piratería ha contribuido a establecer el liderazgo de muchos productos informáticos muy rentables. El mecanismo parece ser el siguiente: la copia ilegal sirve como un enorme campo de pruebas que otorga a ciertos programas (a veces los mejores, pero no siempre) una amplia base de usuarios. Cuando estos productos alcanzan una masa crítica y se afianzan como estándares, surge y crece un porcentaje de individuos o empresas que los adquieren legalmente.
Esto sucedió incluso con el hardware en un momento crucial en la historia de la informática personal: la facilidad con la que se podía clonar el PC de IBM y piratear su sistema operativo convirtió la plataforma Intel/MS-DOSen la opción más extendida. Esto benefició enormemente a una serie de empresas que oficialmente se lamentaban (y se lamentan) de la piratería.
La mayor parte del software estrella hoy en día lo es precisamente gracias a esa enorme base de usuarios que han contribuido a extenderlo y consolidarlo. Si fueran honestas, las grandes empresas se pondrían de acuerdo para erigir un monumento al pirata, con pata de palo incluida.
Entonces, ¿por qué comprar si se puede piratear? La respuesta no es sencilla. Quizá una clave sería redefinir el producto. Si Adobe, por ejemplo, regalara Photoshop y vendiera los manuales, el servicio técnico, los foros de consulta, qué sé yo, habría empresas o estudios grandes que estarían encantados de pagar un precio empresarial a cambio de ese valor añadido. Pensándolo bien, sería lo mismo que sucede actualmente... sólo que sin tanta hipocresía.

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