El satélite, ALOS (Advanced Land Observing Satellite, en inglés), dará imágenes de alta definición y datos de altitud al organismo, que tiene en marcha diez proyectos para ayudar a los Gobiernos de la región a adaptarse a los cambios irreversibles causados por el calentamiento de la atmósfera.
“Esos ecosistemas están muy afectados ahora mismo, no es una cosa del futuro”, alertó Walter Vergara, gerente de los proyectos de adaptación de América Latina, que suponen una inversión de 90 millones de dólares en forma de donaciones a los países afectados.
Los datos que proporcione el satélite ALOS le servirán al Banco Mundial para constatar el ritmo de cambio en esos entornos y diseñar políticas eficaces para compensarlo, explicó.
El satélite lleva una cámara de alta resolución, capaz de tomar fotos de hasta 2.5 metros cuadrados, y un radar que puede captar imágenes incluso si hay cobertura de nubes o es de noche, dijo Yasushi Horikawa, director ejecutivo del Organismo Espacial Japonés.
Los manglares de las costas mexicanas han perdido entre 25 y 35 por ciento de la superficie total y la deforestación se estima hasta en siete por ciento, lo que significa la tasa de destrucción más alta de todos los hábitat, aún por encima de las selvas y los bosques.
La pérdida de esos ecosistemas costeros compromete el futuro del país, además están expuestos a múltiples presiones y amenazas como los desarrollos turísticos, dijo Karina Boege Paré del Instituto de Ecología de la UNAM.
Los manglares de México, la superficie estimada que ocupan éstos es de 655 mil 667 hectáreas. Están presentes en los 17 estados de la República con litoral, pero Campeche posee la mayor superficie del país (29.9 por ciento), seguido por Yucatán, Sinaloa y Nayarit (12.2, 10.8 y 10.2 por ciento, respectivamente) y las entidades con menor cobertura son Colima, Tamaulipas y Baja California.
http://www.milenio.com/mexico/milenio/nota.asp?id=615464
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